Limite el número de trabajadores presentes al mismo
tiempo en los vestuarios para asegurar una distancia
suficiente entre ellos.
Si es necesario, ponga provisionalmente a su disposición
otros vestuarios.
Cerciórese de que los vestuarios se limpian periódicamente
y, en cualquier caso, entre los turnos y al final
o al principio de cada jornada.
Recuerde a los trabajadores que se laven las manos
antes y después de usar el baño.
Haga que se observe, en la medida de lo posible, el
distanciamiento físico: por ejemplo, instalando
provisionalmente otros aseos, limitando el número de
personas presentes en la zona de aseo al mismo
tiempo y dejando suficiente espacio entre los
urinarios y los lavabos que se puedan utilizar.
Si es posible, proporcione jabón líquido para lavarse
las manos (en lugar de un jabón en barra) y toallas de
papel para secarse las manos (en lugar de toallas o
secadores eléctricos).
Vele por una limpieza periódica de las instalaciones y
áreas de aseo y, en cualquier caso, entre los turnos y
al final de jornada.
A menos que los comedores o instalaciones para las
comidas no puedan gestionarse de acuerdo con las
medidas que se indican a continuación, manténgalos
abiertos para evitar que los empleados abandonen el
lugar de trabajo en las pausas del almuerzo.
Recuerde a los trabajadores que se laven las manos
antes de entrar en el comedor, y considere la posibilidad
de proporcionar dispensadores de gel hidroalcohólico
para las manos en la zona de comidas.
Determine el número máximo de personas que
pueden permanecer en el comedor de forma segura
al mismo tiempo, siempre que se respeten las
medidas de distanciamiento físico.
Asigne turnos de descanso y almuerzos escalonados
para evitar las aglomeraciones. Si divide a los
trabajadores en equipos o turnos, evite mezclar
diferentes equipos de trabajadores en el mismo
espacio al mismo tiempo.
Disponga la zona de restauración de forma que
permita mantener las distancias (es decir, separe
más las mesas y sillas, reduzca el número de sillas
disponibles).
Reduzca o elimine la posibilidad de servirse a
voluntad raciones de las fuentes compartidas de
alimentos (por ejemplo, sopa o copos de avena), y
reduzca el uso compartido de aparatos (por ejemplo,
del microondas).
Considere la posibilidad de cambiar el servicio de
comedor por otro de «raciones rápidas para llevar».
Introduzca o aliente los pagos electrónicos para
evitar el manejo de dinero en efectivo.
Mantenga los comedores limpios e higiénicos,
especialmente en lo que se refiere a los utensilios
proporcionados por la empresa, como cubiertos,
vajilla y vasos.
Recuerde a los trabajadores que es preferible no
compartir utensilios (tazas, platos, cubiertos) ni
comida.
Preste especial atención a la limpieza periódica de los
teclados de selección de las máquinas expendedoras
de bebidas o aperitivos. Considere la posibilidad de
colocar gel hidroalcohólico para las manos o toallitas
limpiadoras en las zonas pertinentes.
Los utensilios de trabajo
Instruya a cada trabajador para que use exclusivamente
sus propias herramientas de trabajo o las
proporcionadas por la empresa. Se debe desalentar
o prohibir el uso compartido de estos utensilios
entre los compañeros.
Asegurarse de que se limpien regularmente (especialmente
al final de cada turno, y antes de pasar a
otro trabajador).
Considere la posibilidad de establecer un registro de
contactos. En su forma más simple es una lista
(donde figuran la fecha, el nombre del compañero y
el departamento) de todos los compañeros con los
que un trabajador entra en contacto durante su turno
o a lo largo de una jornada de trabajo sin poder
observar las reglas de distancia mínima durante
más de 15 minutos.
Cada trabajador debe hacerse responsable de
mantener un registro de contactos y devolverlo al
jefe del equipo al final de su turno o jornada laboral.
El registro puede utilizarse entonces para establecer
una lista de tareas que no cabe realizar mediante el
distanciamiento físico: estas tareas pueden ser
revisadas y están sujetas a medidas de control
alternativas.